Eduardo, el Príncipe Negro, 1330 – 1376

Eduardo, apodado el “Príncipe Negro”, era hijo del rey de Inglaterra, Eduardo III, y uno de los mejores militares de la época medieval. Su participación en la primera fase de la “Guerra de los Cien Años” fue decisiva, obteniendo victorias clave y demostrando la superioridad de los arqueros británicos frente a las masas de caballeros pesadamente acorazados franceses. Además de su actuación en Francia, Eduardo destaca por su ayuda a Pedro I “el Cruel” en la guerra civil castellana. Eduardo fue un gran militar y sobre todo un gran caballero, que siempre demostraba un gran sentido del honor y la lealtad. Un ejemplo a seguir siempre.

Miniatura medieval del príncipe Eduardo
El príncipe Eduardo

Eduardo nació en el palacio de Woodstock, el 15 de Junio de 1330, su padre era Eduardo III Plantagenet, rey de Inglaterra y Eduardo, al ser el primogénito, se convirtió en su heredero. Su padre había iniciado lo que la historia conocerá como “Guerra de los Cien Años”. Al morir Carlos IV de Francia sin dejar descendencia, Eduardo III reclamó el trono francés, basándose en que su madre era hermana del rey de Francia. No obstante, los franceses no reconocían la descendencia por línea femenina y habían elegido como rey al primo de Carlos IV, Felipe VI de Valois.

Eduardo III pretendía con sus aspiraciones aumentar los feudos ingleses en el norte de Francia y defenderlos de los intentos reunificadores del nuevo rey francés. El 24 de mayo de 1337 se inicia la “Guerra de los Cien Años”, con la invasión del feudo de Guyena por parte de Felipe VI. Eduardo III ya había tenido roces con Francia por la ayuda de esta a los rebeldes escoceses y fue gustoso a la guerra. Una guerra en la que su hijo obtendrá fama eterna como militar. En 1340, los ingleses vencieron en la “Batalla naval de Sluys”, lo que impidió una posible invasión francesa de Inglaterra, y permitió a los ingleses invadir a su gusto Francia.

En 1333, Eduardo fue nombrado conde de Chester, y en 1337 fue nombrado primer duque de Cornualles. En 1343, Eduardo, con 13 años de edad y tras ser educado como sucesor de su padre en el trono, fue proclamado príncipe de Gales y, tres años después, cuando cumplió los 16 años, participó en la “Batalla de Crécy” de 1346, demostrando sus grandes cualidades como guerrero y como valiente y carismático líder.

En la “Batalla de Crécy” los arqueros ingleses masacraron a los caballeros franceses que cargaban contra ellos y los ballesteros genoveses que llevaban de auxiliares. La rapidez de disparo del arco sobre la ballesta y la naturaleza del terreno dieron a Inglaterra una de sus mayores victorias sobre tropas muy superiores en cantidad y en teoría en “calidad” al tener más caballeros Francia; los franceses perdieron muchos caballeros y un gran botín. Ese mismo año los ingleses derrotaron definitivamente a los rebeldes escoceses, que estaban aliados con Francia, y les obligaron a firmar la “Paz de Berwick”. El 1 de agosto de 1347, los ingleses tomaron Caláis, uno de los principales puertos franceses. En 1348 ambos contendientes suspendieron las hostilidades debido a la aparición de una epidemia de peste negra. En 1350, Juan II subió al trono de Francia como nuevo rey tras la muerte del rey anterior.

El Príncipe Negro, llamado así por el color de su armadura, volverá a entrar en escena en el año 1355, con sus feroces campañas de devastación sobre el condado de Armañac, que había jurado fidelidad a Juan II en vez de a Inglaterra. Eduardo realizó una campaña de castigo desde el norte de Francia hasta el Mediterráneo, arrasando todo a su paso y tomando Burdeos, que usaría como base desde la que podría lanzar constantes expediciones de saqueo sobre el sur de Francia y ridiculizar con ellas al nuevo rey Juan II, incapaz de detenerle. En 1356 Eduardo, tras firmar una alianza con Carlos de Évreux, rey de Navarra, avanzó hasta el Loira, en busca de un choque militar decisivo que decidiera la contienda. La fortuna y el destino le serían propicios y conseguiría su batalla decisiva en la “Batalla de Poitiers”, donde el Príncipe Negro obtuvo la gran victoria que le dará fama eterna. En Poitiers el ejército ingles estaba agotado y claramente superado en número por la caballería pesada francesa, pero nuevamente la estrategia de Eduardo, usando el terreno adecuadamente y a los mortíferos arqueros ingleses de arco largo, permitió a los ingleses alcanzar una gran victoria. En la batalla los franceses fueron aplastados, Juan II fue hecho prisionero, junto con su hijo Felipe “el atrevido” y muchos nobles importantes murieron, entre ellos Geoffroy I de Charny, propietario del famoso “Sudario de Cristo”. Eduardo consiguió fama eterna y un gran botín.

En 1358, Francia padeció la «Jacquerie», un levantamiento campesino y una revuelta en París dirigidos por «Jacques Bonhomme», que agravaron la debilidad militar del reino y permitieron que en 1360 Eduardo III entrara en París y firmara el “Tratado de Brétigny”, mediante el cual se acordaba que liberaría al rey Juan a cambio de un rescate de 3 millones de coronas (que nunca fue pagado y por tanto Juan II no fue liberado) y los ingleses obtendrían un territorio que comprendía desde los Pirineos hasta el Loira. A cambio de estos territorios Eduardo III renunciaría a sus derechos sobre la corona francesa. Este tratado puso fin a esta primera fase de la “Guerra de los Cien Años”.

Los éxitos del Príncipe Negro fueron recompensados por su padre con la concesión de los ducados de Guyena y Aquitania. Su siguiente aparición será en Castilla, para ayudar al rey Pedro I “El Cruel” en su lucha en contra de Enrique de Trastámara, hermano de Pedro I y aliado de Carlos V de Francia. Pedro I se comprometía a sufragar todos los gastos de campaña a las tropas del Príncipe Negro, al derecho de rescate de cuantos prisioneros consiguiesen sus tropas y a cederle el Señorío de Vizcaya y de Castro Urdiales. Eduardo, con un poderoso ejército compuesto de tropas inglesas y súbditos franceses, y acompañado de su hermano el Duque de Lancaster derrotó en la batalla de Nájera, en 1367, a los ejércitos de Enrique de Trastámara, que estaban apoyados por el formidable caballero francés Bertrand Duguesclín y su compañías de bretones mercenarios. Bertrand Duguesclín era un caballero del que se decía que tenía una fuerza sobrehumana (sólo él podía levantar su maza) y que con sólo 17 años derribó a doce caballeros en una justa, posteriormente fue vencedor de varias batallas contra los navarros, obteniendo gran fama con sus triunfos. Bertrand Duguesclín, al ser derrotado por Eduardo, supuestamente le dijo: «Solamente a vos, señor, entregaré mi espada pues sois el mejor caballero de esta batalla».

El rey Pedro I de Castilla, envidioso del prestigio de Eduardo, se negó a pagarle el dinero acordado por prestarle su ayuda, por lo que el Príncipe Negro abandonará Castilla, dejando solo al desagradecido Pedro I en la lucha. Lo que a la larga significará la derrota de Pedro I, que morirá a manos de Bertrand Duguesclín, tras una lucha cuerpo a cuerpo.

El 10 de octubre de 1361, Eduardo se casó con su prima, la condesa Juana de Kent, en la localidad de Windsor. Eduardo se casó con Juana por auténtico amor, sin el consentimiento de su padre, el rey Eduardo III. Juana se había casado dos veces anteriormente, una por secreto con el cruzado Tomás Holland y otra públicamente con el conde de Salisbury. Al volver Tomás de las cruzadas se produjo un gran escándalo público, ocasionado por la bigamia de la condesa de Kent. La condesa enviudó a los 32 años de Holland, y su matrimonio con Salisbury fue abolido por el Papa, con lo cual pudo casarse con Eduardo. Esto sentó muy mal al rey Eduardo III, debido a los rumores de que los hijos de Eduardo no serían suyos y a las habladurías de la plebe. La oposición paterna obligó al Príncipe Negro y a su esposa a refugiarse en Francia hasta el año 1371, año en el que obtendrán el perdón y la aceptación de matrimonio por parte del rey. Del matrimonio entre Eduardo y Juana nacieron 2 hijos, Eduardo y Ricardo, que subirá al trono de Inglaterra como Ricardo II. El Príncipe Negro falleció en el palacio de Westminster, el 8 de junio de 1376, a los 45 años de edad, siendo sepultado en la catedral de Canterbury.

El Príncipe Negro había ganado numerosas batallas militares, pero se había visto derrotado por las habladurías de la gente y la intolerancia hacia su amor por Juana de Kent. Habladurías sobre la ilegitimidad de sus hijos que le amargarían hasta la muerte. Pero el Príncipe Negro siempre será, como dice Modesto Lafuente: “tan cumplido caballero, como guerrero brioso y capitán entendido y esforzado, impetuoso con los fuertes hasta vencerlos, generoso con los vencidos y compasivo con los débiles y menesterosos; cumplidor de sus palabras, templado en el decir y delicado en el obrar; modesto en sus pensamientos, moderado en sus pasiones y galante con los amigos y con las damas. Era, así, el dechado de los caballeros de su siglo”.

© 2007 – Autor: Marco Antonio Martín García

5 comentarios

  1. Me ha encantado saber mas sobre Eduardo «El Principe Negro». Conoci de el, en una novela romantica, en la que justo se toca el tema de la lucha contra Francia, y la ofensiva que Inglaterra impuso cuando aquella quiso invadir a traves de Flandes (que se suponia eran aliados). Pero mas se habla sobre el romance que nacio entre el y Joan de Kent. Me parecio una linda historia, porque como dices, y pese a los matrimonios de ella, estaban realmente enamorados.
    Si hay algo bueno en las novelas romanticas historicas, es que, aunque muchas veces pueden no ser historias verdaderas, te animan a investigar los hechos reales y ahi uno conoce y se llena de muchos datos y detalles super interesantes.
    Este articulo, ciertamente, lleno mis expectativas.. gracias!!

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  2. Era el duque de lancaster hermano de el principe negro el que lo acompaño en la batalla a favor de pedro I el cruel, o se llamaba el duque de Kent? Me interesa porque supuestamente era el duque de kent quien se quedo y se caso en portugal adoptando sus herederos el apellido Del canto, y quien uno de sus descendientes Alberto del Canto llego a Mexico y pobló la region dejando descendientes directos en Allende y Villa de Santiago, Nuevo león, con el apellido Rodriguez. Alguien puede ayudarme? Silvia Rodriguez

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    • Fue el duque de Lancaster, Juan de Gante, quien acompaño a su hermano Eduardo «el Principe Negro» en la Batalla de Nájera, en la cual lucharon a favor de Pedro I el Cruel. Posteriormente se casó con la hija de Pedro I y reclamó infructuosamente el trono de Castilla con una campaña militar que no le salió muy bien.
      Respecto al ducado de Kent, como digo en el articulo, en la época de la intervención de Eduardo en la guerra civil de Castilla estaba ostentado por la duquesa Juana de Kent, la esposa de Eduardo. Sus dos hermanos varones, Edmundo y Juan, habian ostentado el titulo de Duques de Kent, pero ya habían muerto en la época(el ultimo en 1352) y por eso el ducado pasó a su hermana.
      Asi que no creo que fuera este el duque de Kent que te interesa buscar. El titulo de Duque de Kent pasó a los hijos de Thomas Holland y Juana de Kent. Quizas entre ellos está el que tu buscas. Un saludo.

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