Hace 60 millones de años surgieron los primates como una evolución de otros mamíferos primigenios. La distinta evolución de estos primates daría lugar al surgimiento de prosimios, monos, simios y finalmente humanos, como parte del orden de los primates y englobados en el suborden de los antropoides, junto a los simios. El ser humano está fuertemente emparentado con los simios africanos; gorila y chimpancé, con los cuales comparte gran proporción de la información genética del ADN. Esto es debido a que ambos, simios y humanos, comparten un mismo antepasado del cual proceden ambas especies. Así pues, genéticamente, humanos y simios africanos somos hermanos, pero además de esto mantenemos ciertos rasgos en común: la función prensil en las manos, cerebros complejos, visión en color, tacto muy sensible en extremidades y labios, un profundo dimorfismo sexual y sobre todo compartimos el vivir en sociedad y tener un única cría por lo normal en cada parto, a la que se cuida durante más tiempo que otras especies animales. Todos estos rasgos nos acercan a nuestros hermanos primates, pero el ser humano es muy diferente del resto de simios en varios aspectos: el ser humano usa un lenguaje complejo que le permite interactuar y cooperar enormemente con sus semejantes, además el ser humano es capaz de fabricar herramientas complejas, el ser humano tiende a emparejarse y tiene una sexualidad habitual en vez de ser periódica como en el resto de animales, pero sobre todo el ser humano tiene conciencia de si mismo, tiene sentimientos afectivos muy desarrollados, es el único animal capaz de amar y odiar, es decir, el ser humano tiene “alma”. Por tanto somos en parte muy similares a nuestros hermanos simios, pero a la vez somos profundamente diferentes, entonces; ¿Qué hace al ser humano ser tan diferente?
La respuesta a esta pregunta es la diferente evolución que han sufrido los homínidos y los simios. El primer homínido y antepasado de los humanos, a la espera de encontrar más hallazgos, es el Australopithecus (Simio del Sur), que apareció en la Tierra hace más de 4 millones de años y que difiere de los simios lo bastante como para ser el primer homínido, el primer eslabón de la raza humana. El Australopithecus muestra ya la principal diferencia que separará a los homínidos de los simios es la carrera evolutiva: es bípedo, es decir anda a dos pies en vez de a cuatro patas. Esta diferencia es fundamental a la hora de valorar la evolución humana, el pasar de andar de cuatro a dos pies hace que el cuerpo sufra enormes cambios morfológicos que marcarán que los homínidos sufran una evolución totalmente diferente a la de los simios. Prehomínidos y simios tenían el cuerpo adaptado y especializado para vivir en el medio arbóreo, pero la presión demográfica y la falta de alimento, empujó a los más grandes, a los Prehomínidos, a buscar sustento en la sabana, la cual los obligó a mutar para adaptarse a su medio ambiente, de esta mutación surgieron los Homínidos.
Una de las primeras mutaciones que sufrieron los prehomínidos fue la de la mandíbula y su dentición. Al igual que los simios, los prehomínidos tenían una mandíbula prensil, adaptada al alimento del medio arbóreo y con la que podían sujetarse a ramas de árboles. Pero la vida en la sabana hizo que los prehomínidos tuvieran una dieta basada en granos de leguminosas y en carroña, con lo cual necesitaban dientes y mandíbulas diferentes, adaptados a la nueva alimentación. El cambio en la dentición y en la mandíbula, obliga a todo el cráneo a cambiar y a expandirse, con lo cual aumenta la capacidad craneal. A esto se suman los cambios en la columna vertebral sufridos por el cambio al bipedismo y que obligan a la columna a alinearse con la base del cráneo. Todo esto modifica el eje de la laringe y la salida de aire, con lo cual se pueden emitir más sonidos y mas elaborados. Ello permitiría nuevas formas de comunicación entre los primeros homínidos, fomentadas por la caza en equipo que realizan. El lenguaje, ayudará a su vez, a un mayor aumento de la complejidad del cerebro. Cada cambio morfológico genera otros cambios evolutivos. De Herbívoros arbóreos a Carnívoros de la sabana, los homínidos sufrirán cambios constantes, perderán el pelo por las nuevas necesidades climáticas y alimenticias: las largas carreras por la sabana en busca de presas obligarán a desarrollar unas eficaces glándulas sudoríparas que refrigeren el cuerpo y a perder la gruesa mata de pelo protectora. Esto convertirá al homínido en el animal más resistente en carrera, capaz de agotar a cualquier presa y a la vez obligarán a buscar una nueva capa que proteja del frío, obligarán a los homínidos a inventar prendas de vestir que sustituyan al pelo perdido, lo cual genera un aumento de la capacidad cognitiva en busca de soluciones a los problemas evolutivos.
La capacidad craneal se expande gracias al reto evolutivo, el Australopithecus pasó en 2 millones de años de 500 a 600 cm. centímetros cúbicos de capacidad craneal, a partir de los 600 cm. surgió el “despegue”, un aumento cada vez más rápido de las capacidades craneales en las diferentes especies de homínidos que hizo surgir la evolución. Hace 2 millones de años surgirá el “Homo Habilis”, un nuevo homínido con 700 cm. cúbicos de capacidad craneal. El siguiente salto evolutivo nos lleva al “Homo Erectus”, surgido hace un millón y medio de años y que alcanza los 1000 cm. cúbicos de capacidad craneal. La evolución del “Homo Erectus” será el “Homo Sapiens”, dividida en dos variantes o subespecies: el “Homo Sapiens Sapiens”, de 1400 cm. cúbicos de capacidad craneal y que sería el ser humano actual y el “Homo Sapiens Neanderthalensis”, de 1500 cm. cúbicos de capacidad craneal. Capacidades todas estas muy superiores a las de cualquier primate. La adaptación del homínido a la sabana le había convertido en algo totalmente diferente: en el único animal que se adapta al medio usando el cerebro y razonando soluciones a sus problemas de supervivencia.
El ser humano de hoy en día es el “Homo Sapiens Sapiens”, aparecido en una versión arcaica hace 300.000 años. El “Homo Sapiens Neanderthalensis” hoy en día está extinguido, ya que estaba demasiado especializado para vivir en el ambiente glacial y no pudo resistir los nuevos retos evolutivos que trajo el cambio climático y la competencia del “Homo Sapiens Sapiens”, con el cual probablemente se cruzó, incorporándose a esta subespecie, que hoy en día domina el mundo.
El ser humano se caracteriza por estar insuficiente adaptado al medio natural, tiene poca fuerza muscular en comparación con otros animales menores, poca visión y olfato, una dentición débil y una disposición biomecánica poco adecuada, que hace que giremos lentamente y el andar bípedo genera un notable riesgo de sufrir caídas en carrera y expone los órganos vitales a los ataques de cualquier enemigo. Es un modelo que no está especializado en ningún medio natural, lo cual permite que el ser humano se pueda adaptar a cualquier ambiente.
El ser humano ha desarrollado la cultura y la inteligencia como medios de adaptación al medio, siendo capaz de resolver cualquier situación con estas armas. El ser humano sobrevive gracias a su mente y por tanto es la mente lo que mas desarrollado tenemos, hemos creado la cultura y el aprendizaje como métodos para traspasar información vital de generación en generación. Esta memoria colectiva es un rasgo que permite evolucionar más rápidamente, los nuevos descendientes aprenden el conocimiento de sus antepasados, aprenden de sus errores y aciertos y pueden continuar el camino empezado por sus antepasados. Esta memoria colectiva y el aprendizaje han permitido que el ser humano evolucione muy rápidamente, siendo uno de los organismos más aptos para la supervivencia gracias a su mente y al aprendizaje. En el gran cerebro humano y su complejidad reside la maquinaria evolutiva que nos ha colocado en la pirámide de la vida y nos ha hecho amos de la naturaleza. Lo que definitivamente nos hace humanos es la facultad de tener sentimientos y de soñar despiertos, eso que se llama “alma”. La cuestión pendiente es: ¿Qué es el alma? ¿Un mecanismo evolutivo más, creado para hacernos sobrevivir? Sólo podremos responder a esta pregunta estudiando los comportamientos de los primates y su evolución, quizás algún día otros primates evolucionen a nuestro mismo nivel y desarrollen “Alma”, recordemos que la capacidad craneal del Australopithecus era similar a la de varios primates de nuestros días……
© 2007 – Autor: Marco Antonio Martín García
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Excelente documento … responde a todas las preguntas que mi profesor de historia hizo en su clase pero hay algo acerca de que el primer individuo en la tierra fue una mujer?
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[…] genera un aumento de la capacidad cognitiva en busca de soluciones a los problemas evolutivos. La Evolucin Humana SENDEROS DE LA HISTORIA Si la tercera oreja es indispensable para huir de un sitio es posible que se desarrolle y […]
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