Manfred Von Richthofen nació un 2 de Mayo de 1892 en Breslau, la capital de la Alta Silesia, (hoy territorio polaco), en el seno de una aristocrática familia. Al ser el mayor de tres hermanos heredó él el titulo de Barón que había otorgado a la familia el gran emperador del imperio Austriaco; Federico el Grande. Como buen aristócrata prusiano Manfred se dedicó a la carrera militar desde joven, ingresando en la caballería, donde pronto el alcanzó el rango de teniente de lanceros. Además de buen militar, Manfred era un gran jinete y nadador y un avezado cazador. Pronto tendría ocasión de demostrar sus cualidades con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.Al inicio de la guerra Manfred se hizo famoso por su temeridad dentro de la caballería, llegando a cargar en solitario y estando a punto de ser capturado en varias ocasiones. Pero la caballería resulto ser ineficaz para el nuevo tipo de guerra, basado en las trincheras, las ametralladoras y la potencia de fuego artillera. Así pues la caballería se dedicó a trabajos burocráticos y logísticos. Descontento con su puesto burocrático el Barón pidió su traslado en 1915 a una nueva arma: La Aviación.
Tras una temporada como piloto de observación, Manfred ingresó en la aviación de caza, bajo el mando del “as” Oswald Boelke del 2º escuadrón de caza. Es en esta época cuando la aviación militar alemana se organiza en escuadrones y se impone el mando único sobre ellos del general Ernst von Hoeppner, abandonando el caos en que estaba y dando paso a ser una fuerza temible.
Manfred no era considerado muy buen piloto al principio, aprobó su examen de piloto a la tercera…Pero en seguida se convirtió en el mejor alumno de Boelke, aprendiendo a luchar en equipo y todas las técnicas de caza de su maestro. Boelke muere de accidente en 1916 con 40 victorias en su haber, a su muerte Manfred contaba con 8 derribos, que amplió con el derribo y la muerte del gran as británico: Lanoe Hawker en un duelo espectacular. En 1917 Manfred consigue su victoria número 16 y le es concedida la cruz:”pour le merite” también llamada Max Azul. Además se le concede su propia escuadrilla, la número 11. Manfred aplicará las enseñazas de trabajo en equipo a su escuadrilla y pronto la convertirá en la más famosa del ejército alemán por su alto número de derribos, además mandará pintar su avión triplano “Fokker Dr. I “de color rojo, para ser reconocido por sus enemigos, lo cual, le granjeará el sobrenombre de Barón Rojo. Su fama por su alto número de derribos y por su caballerosidad con los enemigos derribados irritará al Gobierno Británico que hará que se ofrezca una recompensa de 5000 libras de la época por su derribo. Poco después su hermano Lothar se incorporará a la escuadrilla, pintando su avión de amarillo y demostrará sus buenas cualidades, alcanzando la cifra de cuarenta derribos al finalizar la guerra. Pronto la escuadrilla será aumentada a 50 aviones y la costumbre de pintar los aviones con vivos colores hará que sea conocida por el nombre de “El Circo Volante”. Pero la entrada en la guerra de EEUU y su maquinaria militar estaba a punto de cambiar el signo favorable que tenía para los alemanes. El aumento aviones aliados y de batallas aéreas haría que el Barón Rojo aumentará sus derribos de forma exponencial, pero poco a poco los ases estaban desapareciendo ante la masa; el máximo as francés: Georges Guynemeyer había sido derribado con 54 victorias en su haber, poco después lo fue el gran as alemán Werner Voss, excéntrico piloto que siempre vestía de gala por si era capturado, con 48 victorias. La época de los héroes estaba a punto de acabar y le canto del cisne sería el derribo del Barón Rojo.
El Barón Rojo a sus 25 años de edad era el mayor as vivo de la guerra con 80 victorias en su haber, se le consideraba un héroe nacional, saliendo todos los días con su escuadrilla al combate. Pero el 21 de Abril de 1918 se pondría fin a su invencibilidad. Aquella mañana mientras “el circo aéreo “atacaba unos aviones de reconocimiento fue sorprendido por un ataque de aviones “Sopwith Camel “aliados del 209 escuadrón de la RAF, que derribaron cuatro aviones alemanes en la primera pasada. Furioso, el Barón Rojo se enfrentó a ellos, pero mientras perseguía a un inexperto avión enemigo a muy baja altura, otro avión, tripulado por el canadiense Boy Brown se puso a su cola y lo ametrallo con gran fortuna, ya que el avión rojo del Barón cayó al suelo en vuelo rasante. Apuntándose Brown la victoria sobre el mayor as de la guerra.
Hoy en día se ha descubierto por neuropsicólogos americanos que el Barón había recibido un impacto de bala en Julio de 1917 que le lesionó el cerebro, pero él siguió volando pese a estar claramente incapacitado para soportar alturas, incluso se comportaba como si fuera inmune a la muerte, no tomando ninguna precaución, violando las fundamentales reglas de vuelo que había escrito es su manual. También se ha descubierto recientemente que su avión fue derribado por fuego antiaéreo al volar muy bajo y no por los disparos del avión de Brown. Una bala de ametralladora del calibre 30 entró por el costado inferior derecho de su espalda, destruyo todo a su paso y le traspasó el corazón.
En tierra fue encontrado por los de soldados de infantería australiana que le habían derribado sin saberlo el cadáver de Manfred, erguido en su asiento, imperturbable ante la muerte. Rápidamente sacaron fotos del cadáver para lanzarlas sobre las trincheras alemanas. Allí murió el caballero alemán y poco después Alemania perdería la guerra. Con su muerte acabó toda una época de honor, de respeto entre enemigos, de caballerosidad y empezó la época de los odios y la guerra total.
Fuentes:
Der Rote Kampfflieger, autobiografía de Manfred von Richthofen (edición en inglés).
Sopwith Camel vs Fokker Dr I, western frotn, 1917-1918, por Jon Guttman y editado por Osprey.
Fotos:
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© 2007 – Autor: Marco Antonio Martín García
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